Es cierto, no ocurrió el mismo día. El 6 de febrero mr abel ya estaba disfrutando a pleno de las instalaciones y yo recién me estaba chocando de nariz con La Habana (porque así es como uno debuta en las calles habaneras), y vaya uno a saber si mr abel seguía en la ciudad cuando yo, dos días más tarde, me echaba en una reposera junto a la piscina. Pero no pude resistir el increíble parecido de ambas fotos, casi calcadas.
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